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jueves, 23 de enero de 2014

ACOSTAMIENTO


ACOSTAMIENTO


“La  Rendición de Granada”, conseguida con tropas de
acostamiento (Óleo de Francisco Pradilla).
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           El acostamiento era una unidad de los ejércitos de la Edad Media, formada por tropas de infantería reclutadas exclusivamente para la duración de una campaña.
Parece extraño que una unidad militar reciba tal denominación, lo mismo que la afirmación de algunos autores al decir que acostamiento deriva de costa: “litoral, orilla del mar”,  basándose en que las tropas eran andaluzas con la misión de vigilar las costas.
La primera extrañeza se transforma en realidad porque el nombre estas fuerzas no viene del hecho de que solieran estar mucho tiempo ociosas, “tumbadas a la bartola”, es decir “acostadas”, sino porque recibían una paga del rey, viviendo “a costa” del monarca.
La segunda extrañeza queda confirmada porque se trata de una mera anécdota. Realmente, las tropas que nutrían los acostamientos no solo eran andaluzas, sino que procedían de todas las regiones y además de vigilar las costas se les encomendaba otras misiones.
La causa de esta denominación se encuentra en el significado de la palabra, sinónima de “sueldo, estipendio”, que normalmente se utiliza como “acción de acostar o acostarse” o “acción de irse a la cama” y en la antigüedad, también, “arrimo, adhesión, favor”.
Llegamos a la determinación de que acostamiento tiene dos grupos de acepciones muy distintos: “acostarse, adherirse” y “sueldo, estipendio” ¿A qué se debe? Simplemente a que son dos acostamientos distintos, con orígenes gramaticales diferentes y que gracias a la ciencia etimológica han confluido en la misma palabra.
En efecto, acostamiento es un vocablo compuesto de la forma radical costa y de las palabras serviles, prefijo a- y sufijo -miento.
El acostamiento popular
En el acostamiento del primer grupo costa significa: “espalda, costado, ribera”, procedente del latín costa, -ae: “costilla, costado”. El prefijo -a viene del latín ad: “hacia”. Con ambos términos el bárbaro compuso accostare: “arrimar la costilla a alguna parte” y, por simplificación fonética, se formó el verbo acostar: “arrimar, acercar echar, tender”. Con la adición del sufijo -miento, que denota “acción”, se formó un sustantivo. De ahí que acostamiento sea un sustantivo derivado de acostar con el valor: “acostarse, adherirse” y “acostado, adherido”.

El acostamiento militar

En el acostamiento del segundo grupo, el sustantivo costa: “gasto, importe, paga”, derivado de costar: “ser comprada o adquirida una cosa por determinado precio”, procede del latín constare: “adquirir por cierto precio, costar”. Con el sufijo    -miento resulta: “lo que cuesta, lo que se paga vale”, es decir: “estipendio”.
Este acostamiento, sinónimo de “estipendio” fue adoptado en el lenguaje militar de la Edad Media como: “sueldo o estipendio que se recibía del rey o señor y por el que se quedaba obligado a determinados servicios de armas o de otra clase”.
Por el fenómeno lingüístico de la metonimia también adquirió el significado: “tropas que recibían un estipendio del rey”, es decir, las que vivían “a costa” del rey y, después, por el mismo fenómeno, el sistema de reclutamiento y la unidad que constituían.
Evolución histórica

El primer texto conocido en que figura costar se encuentra en un documento latino del año 1099 del Cantar de Mio Cid, donde aparece custare. Cuervo cita ejemplos medievales de esta palabra con la forma costa en los siglos XIII y XV.
Acostamiento fue acuñado en España, como término propio de la milicia, en época de los Reyes Católicos con motivo de la creación de un ejército regular, compuesto por Hermandades o Comunidades, Guardias Viejas y Acostamientos. Esto supuso un gran avance en ese tránsito hacia el gran ejército español del siglo XVI.
Las ordenanzas de constitución de La Santa Hermandad fueron redactadas en abril de 1474 y las Guardias Viejas de Castilla comenzaron a organizarse en 1493. Entre ambas fechas surgieron los Acostamientos, formados por tropas colecticias de infantería de diversas regiones, reclutadas exclusivamente para una campaña.
El Conde de Clonard denomina acostamientos a las tropas colecticias, pagadas por los pueblos, levantadas a finales del siglo XV. Asimismo, el célebre militar y cronista don Gonzalo de Ayora (1466-1538) en su Vocabulario dice del acostamiento que se aplicaba a las tropas de infantería o caballería a sueldo del rey.
 Con la desaparición de los acostamientos también lo hizo su peculiar sistema de reclutamiento, cayendo en desuso el término como equivalente a “fuerza pagada”.
 Cuando en las Partidas de Alfonso X El Sabio, se establece: “las cosas arrancadas al enemigo se repartan entre los que tengan el mismo apellido”, no se está refiriendo a que dicha repartición se la haga entre aquellos guerreros cuyo nombre de familia sea igual, sino entre todos los componentes de la misma unidad.


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