AJEDREZ
|
Ilustración del Libro de los Juegos o Libros de açedrex, dados e tablas, de Alfonso X el Sabio.
Ilustración del Libro de los Juegos o Libros de açedrex, dados e tablas, de Alfonso X el Sabio.
Es difícil tarea precisar el origen de la palabra ajedrez dada la dificultad de establecer la nacionalidad de este legendario juego de habilidad y cálculo, puro referente del arte militar. Hay varios países que se atribuyen su invención, unos, remitiéndose a documentación histórica de dudosa interpretación, otros, por cuestiones de estricto prestigio nacional.
Todos los estudios apuntan a que es originario
de Oriente, basado en los
primitivos juegos con tableros y piedritas. Fueron los chinos los que, al
parecer, lo llevaron a la India, donde evolucionó hasta convertirse
en el denominado chaturanga, que significa “cuatro alas (angas)”,
por las cuatro fuerzas del ejército indio antiguo.
Esta palabra, probablemente, procede del
sánscrito shatur-anga o chaturanga: “cuatro”, “el que tiene cuatro
cuerpos”, “el juego que consta de cuatro cuerpos de ejército o filas: peones,
caballos, roques o carros y elefantes”, en alusión a las cuatro armas del
ejército. Este pudo ser el juego matriz del que derivaría el ajedrez.
Hay
noticias que en la corte persa se utilizaba como pasatiempo la variante schatrandsc o chatrang, en idioma pahlaví o persa medio y shatranj, en persa nuevo hasta el actual. De
estos lo tomaron los árabes, denominándolo: ach-chitrendj, xatrang, ash-shataranch, as-satrany y al-shatraj (pronunciado shitranj o sitrang).
Este
juego fue introducido en
España entre los numerosos
legados culturales que nos dejaron los árabes, evolucionando hacia axatraz y más tarde a acedrex. También nos legaron la voz ajedrez que lo define, derivada del nombre de
la pieza principal, al-shah: “el rey”, o del término shah mat, compuesto por shah: “jaque”, en referencia al movimiento
de una pieza que amenaza de muerte al rey contrario y mate, en árabe mat: “muerto”, para el que captura al rey
contrario y gana la partida.
El
vocablo castellano antiguo acedrex experimentó una metátesis al adaptarse
al moderno, transformándose en axedreç o axedrez (plural, axadreces) a
través del francés échecs.
Las variantes antiguas açedrex y açedrejes se produjeron por disimilación de
la primera palatal. Finalmente, en español tomaría la denominación definitiva ajedrez, con la incorporación
de la letra -j- desde el nacimiento de este idioma.
También,
tienen el mismo origen las palabras portuguesas: xadrez y acendrech y las hispanoárabes citrang y satrang. Las demás lenguas
romances tomaron nombres derivados directamente del bajo latín scacci o scaccum,
frecuentes desde el siglo XI.
Evolución histórica
Las
primeras noticias sobre un juego del que derivaría el ajedrez actual datan del
siglo VI a. C. y se encuentran en un códice árabe del año 1257, conservado en
el British Museum de Londres. En él se menciona al monje
brahmán Sussan como inventor de un juego denominado chaturanga.
Esto
es avalado por el orientalista británico Murray, que en su libro History of Chess (1933) afirma categóricamente que el
juego del ajedrez, tal como está configurado en la actualidad, es originario de
la India, hacia el año 570 a . C.
El ajedrez Chino
Otros
expertos también afirman que el ajedrez chino desciende del Chaturanga indio, pero no esta muy claro ya que
existen muchas diferencias entre ambos.
Los
chinos le dieron el nombre de Ciencia
de la Guerra o Juego Real. Según algunas
fuentes su origen se remonta a la Dinastía Chang, hacia el año 1122
a . C., es decir, antes del ajedrez indio.
Cuenta
la leyenda que lo inventó un oficial del ejército mandarín, tras una larga
campaña, para animar a su abatida tropa por los rigores del invierno y la
añoranza de sus casas. El juego les levantó la moral, continuaron el combate y
vencieron.
El
tablero, con 64 casillas es parecido al del ajedrez occidental, diferenciándose
en La Ciudadela, formada por las 2 casillas
centrales de las dos primeras filas, en las que se colocan el Rey, la Dama y
dos Peones. Las piezas no son talladas sino pequeños discos con el nombre de
cada una grabado.
Cada
ejército cuenta con 16 fichas, las de un bando son rojas y las del otro
blancas. Las rojas poseen el primer turno de movimiento. Su denominación es la
siguiente: 1 Chong: Rey, 2 Soo: Princesa o consejero, 2 Tchong: Mandarines o elefantes, 2 Mai: Caballos, 2 Tche: Carros o Torres, 2 Paov: Artillería, 5 Ping: Peones.
El
Rey y la Princesa se mueven como en el ajedrez occidental, pero sin salir de la
Ciudadela. Los Caballos y Torres, igualmente, pero si hay dos piezas enemigas
juntas solo pueden comer a la segunda. Los Mandarines, en diagonal, avanzando
sólo dos casillas. Los Elefantes, por su gran tonelaje, no pueden atravesar el
río (trinchera) que divide el tablero en dos partes. El Paov es una pieza peculiar que representa a
un artillero lanzando cohetes a sus enemigos, en homenaje a la pólvora, el gran
invento del país. Los Peones avanzan siempre una casilla y comen hacia el lado
derecho o izquierdo y al llegar a la octava fila no se cambian por otra ficha
superior.
Existe
una versión del ajedrez chino llamada Xiang
Q'i, descendiente del Chaturanga,
según los chinos. Se juega sobre un tablero de 9x10 filas. Las piezas no se
colocan en el centro de las casillas sino en las intersecciones de las líneas.
Tiene muchas similitudes con el ajedrez clásico, por ejemplo, en las fichas,
constituidas por: General (Rey), Mandarín (Dama), Elefantes (Alfiles), Caballos, Carros (Torres) y Soldados (Peones).
El
ajedrez indio
El ajedrez indio primitivo está formado por un tablero
de juego cuadrado, dividido en 64 casillas o escaques de un solo color, con 32
piezas, 8 de cada tipo: 1 rey, 1 carro, 1 caballo, 1 elefante y 4 peones,
movidas por cuatro jugadores, uno amarillo y uno rojo, aliados contra los otros
dos, uno verde y otro negro.
Las
piezas correspondientes a peones, caballos, roques o carros y elefantes,
representan las cuatro armas del ejército índico: Infantería, Caballería,
Carros y Elefantes, distribuidas en cuatro filas, como cuatro cuerpos de
ejército al mando de un rey. La victoria, denominada chaturaji, es del que mata al
rey contrario.
El
ajedrez persa
Ligeramente
modificado, en el siglo VI produjo el ajedrez
persa, convirtiéndose en pasatiempo de esta Corte. Conocido como chatrang o schatrandsch,
era una continuación del ajedrez indio en el que dos jugadores sobre un tablero
cuadrado,
formado por 64 casillas, movían 16 piezas cada uno: 1 rey, 1 visir, 2 torres, 2
caballos, 2 elefantes y 8 peones.
El
ajedrez árabe
Los
árabes, en el siglo VII, cuando conquistaron Persia aprendieron en este país el
juego del ajedrez, adoptaron las denominaciones persas, codificaron sus reglas,
las compendiaron en algunos libros, como el Litab
Alshatraj (Libro del Ajedrez)
y lo difundieron por toda Europa.
El
ajedrez europeo
El ajedrez europeo, ya vulgarizado
en muchos países a finales del siglo X, era idéntico al que jugaban persas y
árabes, incluso en la terminología. Así, jaque
mate en algunos idiomas, como
el alemán, francés e inglés, es igual que en árabe, schaah mat. Asimismo, la
palabra alfil tiene su origen en la empleada por los
persas para el elefante: pin o pil, transformada por los
árabes en fil o alfil.
Respecto
a la pieza persa conocida como firz,
farzi y farzin: “visir, consejero, ministro o general”,
los árabes la tomaron como firzan,
entrando en Europa bajo la forma latinizada farzia o fercia o, según la alteración francesa, fierce o fierge, terminando en vierge. De aquí pasó a dame o reine en francés, regina en italiano y dama o reina en español.
El
ajedrez español
La
primera referencia del ajedrez en España se encuentra en el Testamento de Cataluña de 1010 y la primera documentación
sobre la palabra en castellano, en el Libro
de Alexandre, escrito hacia 1250, donde aparece bajo las formas axadreces y açedrejes. En Calila e Dimna,, de 1251, figura
como axedrez. Al parecer, en castellano antiguo esta
forma debió simultanearse con escaques.
En
vista de la buena aceptación del juego, por los estudiosos y cortesanos
castellanos, que lo habían perfeccionado, Alfonso X el Sabio escribió en 1283 el célebre Libro de los Juegos o Libros
de açedrex, dados e tablas. Es un valioso tratado sobre el origen del
ajedrez y sus variantes. Además del juego actual, describe el gran ajedrez, con 44 casillas,
del que dice: “Aquí se comienza el juego del gran açedrex, que fue hecho en la India
a semeiança de cómo los reyes antiguos solien facer sus huestes de caballos e
de peones e pararlos todos en hazes por amostrar su poder e que lo temiesen mas
sus enemigos”.
En
el siglo XVI el ajedrez tomó un nuevo impulso en España, gracias a los estudios
de algunos intelectuales, como los del canónigo Ruy López de Segura en su Libro de la invención liberal y
arte del juego del axedrez, considerado
el mejor de su tiempo. En
la segunda mitad del siglo se produjo el cambio de la forma axedrez a ajedrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario